¿Qué diantres es “emerger”?

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El emergentismo es una hipótesis muy intuitiva, no exenta de lógica. Si con la anestesia o la muerte o un buen golpe en la cabeza podemos hacer desaparecer las experiencias subjetivas, entonces debe ser el cuerpo, y más concretamente, el cerebro, el causante de la capacidad de sentir. Los cerebros procesan información de formas muy complejas. Este procesamiento debe ser el causante de la sintiencia.

Además, existen metaforas de enorme capacidad explicativa que justifican el emergentismo. De la combinación de distintas superficies materiales de determinada forma emerge la capacidad de “contener líquidos” de un cubo. Aparece algo que antes no existía, gracias a esa combinación.

¿No puede ocurrir lo mismo con la sintiencia?

Por otra parte, el emergentismo implica otras ideas menos intuitivas. Si la capacidad de procesamiento causa la sintiencia, entonces los robots y los ordenadores y hasta un termostato deberían ser capaces de sentir, de alguna manera. Pero esta idea tiene muchos menos seguidores que el emergentismo.

A continuación voy a criticar el aspecto concreto de la dirección en dicho emergentismo (desde la materia hacia la sintiencia).

El paradigma emergentista parece explicar más de lo que explica. ¿Qué diantres es “emerger”? La metáfora de la emergencia ofrece una falsa sensación de seguridad acerca del sentido direccional (bastante metafórico) en el que se produce la conciencia.

La consciencia puede emerger de la materia organizada, así como la propiedad de “contener líquidos” emerge de la combinación de varias superficies de determinada manera, por ejemplo formando un cubo. Pero también hay objetos que producen algo el en sentido contrario (lo contrario de “emerger”), como una tela de araña, un receptor de radio o de TV. La mosca no emerge de la tela de araña; y la canción que escuchamos en la radio, o el programa de TV que vemos, aunque se reproducen gracias al dispositivo, vienen de otro lugar. Nuestros cerebros perfectamente pueden ser generadores de consciencia (generadores de qualia, generadores de experiencias), pero también, sin duda, pueden ser receptores de consciencia (receptores de qualia, receptores de experiencias).

En el modelo emergentista el cerebro es un generador de consciencia e identidad. En el modelo inmersionista el cerebro puede ser un receptor, o más bien, un aglutinador de consciencia; un subconjunto de la consciencia total.

Esto suena rarísimo y es muy poco intuitivo para muchos. Si creemos firmemente en la materia, la “dirección” es evidente: la materia es “causa”; y la consciencia es “consecuencia”. Pero ¿como conocemos la materia si no es gracias a la consciencia? La materia nunca es “lo primero”. Sería más razonable creer firmemente en la consciencia, y sólo después en la materia. Por eso la dirección no debería ser evidente. Tal vez la consciencia es causa, y la materia es consecuencia. El inmersionismo está tan justificado como el emergentismo.

En el modelo inmersionista ¿cómo sería ese mundo de las experiencias que es causa del mundo material? Tal vez ese mundo de las experiencias sea en ciertos aspectos muy parecido al mundo material: eso explicaría por qué las experiencias describen la realidad de un mundo convergente (al que llamamos “mundo material”).

Por ejemplo, en el caso de la consciencia visual, en vez de considerar el fotón como algo externo a nosotros y que produce en nosotros una experiencia visual, cada uno de los fotones podría ser un tipo de experiencia. Con estas experiencias se podrían hacer muchas combinaciones. Una de estas combinaciones de experiencias sería lo que consideramos nuestra identidad personal: lo que experimentamos; un subconjunto de lo que puede ser experimentado.

Los seres sintientes, con su identidad, no serían el resultado de la combinación de algo material, sino que los seres sintientes, con su identidad, serían el resultado de una operación de subconjunto sobre todo lo que puede ser experimentado.

Lo que llamamos mundo material serían las experiencias coincidentes: un subproducto del hecho de haber realizado cierto tipo de subconjuntos. Por ejemplo, si hay cierta experiencia que todos los seres humanos tenemos de la misma forma, a eso le llamamos mundo material.

 

Nota sobre el número de niveles:

El modelo emergentista parece tener solo dos niveles: por un lado, la materia; y por otro, tanto  la consciencia como identidad, ambas (consciencia e identidad) producidas por la materia. En el modelo emergentista los cerebros generan experiencias: cada cerebro, las suyas; y el hecho de que cada cerebro tenga un conjunto diferente experiencias es lo que hace que existan diferentes identidades.

El modelo inmersionista, en cambio, si seguimos la metáfora de la radio, parece tener tres elementos (o tres niveles): arriba la consciencia, un poco más abajo la identidad (el receptor de la conciencia), y abajo del todo, el mundo material.

¿El modelo inmersionista necesariamente implica que somos receptores de conciencia? ¿El modelo inmersionista es necesariamente más complejo que el modelo emergentista?

No.

El modelo inmersionista puede ser totalmente simétrico al emergentista y no necesariamente incluye un elemento adicional, como parece que ocurre si nos aferramos a la metáfora de la radio. La realidad experiencial (simétrica a la realidad material), combinada de cierta forma, podría crear la identidad y también el epifenómeno (el subproducto) de la materia.

 

Posted by Manu Herrán

Founder at Sentience Research. Associate at the Organisation for the Prevention of Intense Suffering (OPIS).

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