Fundamentos del método científico

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¿Cuáles son los fundamentos del método científico? En relación con el método científico se manejan una serie de conceptos como son: hipótesis, prueba, falsación, demostración, evidencia, inducción, deducción, experimento, “prueba y error”, refutación, capacidad predictiva, replicación, etc.

Antes de nada, conviene aclarar a qué nos referimos con la palabra científico al hablar de método científico. Es una palabra que al menos a mí me evoca la imagen de Albert Einstein escribiendo en una pizarra o Marie Curie manejando tubos de cristal, balanzas y microscopios.

Es importante distinguir entre un científico profesional y un científico metodológico. Estrictamente tal vez podamos decir que científico es aquel que actúa según el “método científico”, independientemente de su profesión, pero la realidad es que la palabra “científico” se usa con múltiples significados. Al menos:

  • Científico profesional.
  • Científico metodológico.
  • Soportado por evidencias, y por tanto, creíble.

Por ejemplo, se puede decir que una hipótesis es “científica” por distintos motivos:

  • Ha sido propuesta por un científico profesional.
  • Forma parte de un proyecto de investigación guiado por el método científico.
  • La hipótesis está soportada por, al menos, algunas evidencias y por tanto es plausible.

“Científico” también puede significar “fiable, bueno, correcto”, por ejemplo, si decimos que la inducción y la deducción son herramientas de obtención de conocimiento científicas (o más científicas) que la interpretación de los sueños y la intuición. “Científico” también se usa como sinónimo de “medible” o “cuantificable” por ejemplo, cuando se dice, tal vez erróneamente, que el estudio de las experiencias subjetivas –el estudio de la sintiencia, la conciencia, el placer y el sufrimiento–, no es científico (o es poco científico, o es más filosófico que científico), ya que estas (las experiencias subjetivas) no se pueden medir.

Resulta interesante señalar que definir cuál es el método científico no es hacer ciencia, sino que es hacer filosofía (filosofía de la ciencia); y que tratar de usar el método científico para determinar cuál es el método científico no parece un camino fácil.

Aunque hay distintas opiniones acerca de cuál o cuáles son los métodos científicos, de todas formas, sí que hay algunas cosas que podemos decir acerca del método científico que no solo gozan de gran respaldo y aceptación, sino que son tan evidentes y fundamentales que las podemos dar por buenas.

Un aspecto fundamental de la ciencia frente a otras formas de obtener conocimiento es el reconocimiento de la ignorancia, en un permanente escepticismo metodológico que siempre tiene en cuenta valorar la posibilidad de estar equivocados (tanto los demás como nosotros mismos). Se asume que la ciencia no establece certezas absolutas. La ciencia, en cambio, realiza afirmaciones soportadas por evidencias. A estas afirmaciones las podríamos llamar verdades provisionales. La humildad es clave en el método científico. Un auténtico científico siempre debería estar dispuesto a reconocer su error y cambiar de opinión ante la aparición de nuevas y mejores evidencias.

La ciencia también ofrece explicaciones, conectando sucesos y justificando los motivos de sus afirmaciones. Las teorías más probables junto con las mejores evidencias o pruebas producen las conclusiones más probables. Pero la actitud científica siempre debe estar alerta para cambiar de opinión en el caso de surgir nuevas evidencias o nuevas teorías que sean más razonables que las anteriores. Cuando los científicos profesionales no se comportan así, están dejando de ser científicos metodológicos.

Por reducción al absurdo también podríamos decir que el método científico no puede consistir en mentir, tener favoritismos y ser ingenuo. Si un científico profesional esconde los resultados desfavorables de sus experimentos, y sólo reconoce los resultados favorables a su teoría, no diríamos que está siendo honesto ni científico. Aquel que solo escuche con detenimiento aquellos argumentos en favor de su ideología, ignorando los argumentos y evidencias en contra estará demostrando tener un favoritismo injustificado, anticientífico. Y si alguien cree en algo a pies juntillas, sin exigir evidencias, pruebas o explicaciones, estará siendo crédulo, lo cual tampoco parece corresponder con una actitud científica.

Como consecuencia de lo anterior, creo que el método y la actitud científica están soportados en tres ideas básicas: la honestidad, la imparcialidad y el escepticismo.

Imaginemos que un equipo de investigación prueba un nuevo medicamento en un grupo de diez pacientes, de los cuales mueren seis, dos mejoran y dos se mantienen estables. Repite el experimento con otros diez pacientes y en este caso solamente fallecen cuatro, y todos los demás se mantienen estables. Repite el experimento una tercera vez y mueren todos. Repite el experimento una cuarta vez, con otros diez nuevos pacientes, y esta vez ninguno fallece, siete de ellos mejoran y tres se mantienen estables.

Entonces el equipo decide descartar los primeros tres experimentos y publicar únicamente los resultados del cuarto experimento, anunciando un 70% de efectividad y ningún efecto secundario. Por supuesto, el informe estará redactado en una hermosa jerga científica, con abundantes referencias, gráficos y todo el marketing científico al que estamos acostumbrados.

Es evidente que, en este caso, el equipo de investigación estaría siendo deshonesto. Aun cuando el informe del estudio de los diez últimos casos, tomado de forma aislada, pueda considerarse escrupulosamente científico, en realidad no lo es. La actividad puede ser descrita, tal vez, como “científica” desde un punto de vista profesional, pero no desde un punto de vista metodológico. El ejemplo que he descrito es obviamente una exageración y una caricatura, y existen diversos controles que previenen estas situaciones, pero sería ingenuo pensar que este tipo de cosas jamás suceden.

Estas reflexiones son particularmente adecuadas para aproximarnos al asunto de la sintiencia, ya que, si bien muchas de las herramientas propias del método científico no vamos a poder emplearlas, sí que podemos abordar este problema siendo estrictamente rigurosos en sus fundamentos: honestidad, imparcialidad y escepticismo.

Posted by Manu Herrán

Founder at Sentience Research. Associate at the Organisation for the Prevention of Intense Suffering (OPIS).

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