El platonismo de la sintiencia (versión corta aquí) es la idea de que las experiencias existen por sí mismas, independientemente de los seres sintientes que las experimentan, y lo que percibimos como “nuestras experiencias” son sólo “sombras” de estas “experiencias platónicas”.
El platonismo de la sintiencia podría explicarse con esta metáfora: las experiencias son como líquidos. Los seres muertos son como cosas secas (piense en una esponja seca). Los seres vivos y sensibles son como cosas húmedas (piense en una esponja húmeda). Diferentes temperaturas o diferentes tipos de líquidos son experiencias diferentes. En este modelo parece que “nosotros” (seres húmedos) sentimos, pero las experiencias (líquidos) existen por sí mismas, y lo que llamamos “yo” es solo el “acto” de percibir una parte de todo lo que existe, es decir, el “yo” es la percepción de un subconjunto de la totalidad de la sensibilidad universal (un subconjunto del líquido), pero bajo esta hipótesis, la totalidad, incluidas las experiencias del “yo”, podría permanecer incluso si el “yo” desaparece (la humedad permanece en otra parte cuando la esponja está seca). La experiencia del sufrimiento (cierto tipo de líquido) existe y sigue siendo relevante incluso cuando el individuo se libera del sufrimiento (en algunos escenarios posibles podríamos decir que la sintiencia permanece constante, en otros no).
Este modelo no es intuitivo (muchas cosas son ciertas pero no intuitivas) pero este modelo resuelve muchos problemas y es compatible con todas las experiencias.
El platonismo de la sintiencia puede ser reforzado por la idea de que quizás vivimos en una simulación y los seres pueden ser “instanciados” de un objeto ideal, de la misma manera que las “instancias” de objetos de software en “Programación Orientada a Objetos”.
Si hubiera alguna forma de eliminar el sufrimiento del pasado, sería bajo un paradigma como este. Reducir el sufrimiento del pasado es un poco menos inverosímil de lo que parece. Bajo el Eternalismo, las experiencias pasadas son tan reales como las experiencias actuales. La mala noticia es que, bajo este enfoque, las experiencias de sufrimiento pasadas son reales, como si estuvieran sucediendo ahora. La buena noticia es que si son reales, podemos actuar sobre ellos.
La idea, por tanto, es hacer que el pasado sea “nunca más” en lugar de “nunca ocurrió”. Hacer que el sufrimiento pasado “ya no sea real” (gracias Vlastimil Vohánka).
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