“Desde un punto de vista egoísta, no hay nada tan valioso que merezca la pena el riesgo de estar vivo.”
Considero que el valor neto de la vida sintiente hasta ahora es negativo. Incluso teniendo en cuenta solo a los humanos, al menos a los humanos tal como los conocemos hasta ahora, es decir, los humanos del pasado y del presente.
Los humanos han sufrido terriblemente a lo largo de toda la historia. Si además tenemos en cuenta a los animales no humanos, la situación es mucho peor. Así que, a no ser que tuviéramos motivos racionales para creer que el valor neto de la vida sintiente del futuro vaya a ser muy diferente al actual, parece lógico pensar que la extinción de la humanidad no provocaría una pérdida de valor astronómico. Quizás tengamos un impulso emocional que nos invita a creer que el futuro será mejor que el presente, pero no me parece más que un sesgo evolutivo; una creencia evolutivamente ventajosa, y además marcada por el sesgo del superviviente.
Ahora bien ¿cómo será el futuro? No lo sabemos. Recientemente (los últimos siglos y años) hemos sido testigos de un crecimiento exponencial en la capacidad que tenemos los humanos para transformar la realidad. ¿Hasta dónde nos puede llevar esto?
Considero poco probable, pero posible, que los humanos del futuro sean capaces de reducir cantidades astronómicas de valor negativo en el futuro. Por ejemplo, los humanos podrían asegurar la felicidad para su propia especie y también para el resto de los animales, tal como se propone en El Imperativo Hedonista. La extinción de la humanidad produciría la pérdida de esta posibilidad de reducción astronómica de valor negativo y creación de cantidades astronómicas de valor positivo en el futuro.
En cualquier caso, esto difícilmente podrá hacerse creando o manteniendo seres sintientes como los humanos actuales u otros animales, sino creando otro tipo de animales o seres sintientes, como los post-humanos, u otro tipo de seres, como seres digitales o robots sintientes, permanentemente felices. La extinción de la humanidad a corto plazo también provocaría la pérdida de esta posibilidad de crear cantidades astronómicas de valor positivo, pero en una perspectiva mas amplia, la humanidad y los animales, tal como los conocemos, deben desaparecer, o transformarme mucho, si lo que queremos es un mundo feliz.
Por supuesto, hay muchas cosas que no necesitan ser cambiadas ni desaparecer. Los mamíferos vertebrados con pelo, como los gatos, podrán seguir teniendo esa gracia, suavidad y espíritu juguetón. Los humanos podrán componer o disfrutar de sinfonías, o del fútbol, o de la expresión artística de cualquier tipo. El amor y la belleza, en todas sus formas, podrá seguir existiendo como hasta ahora. Lo que no podrá existir en un mundo feliz es el sufrimiento, el asesinato, la tortura, el odio, la envidia, etc.
Siendo muy pesimistas, los seres humanos también podrían crear cantidades astronómicas de valor negativo en el futuro, en astronómicas granjas industriales de seres biológicos húmedos que sufren por todo el universo, o en un número astronómico de subrutinas, convirtiendo la materia seca del universo en agonizantes cerebros secos, hechos de arena, plástico y metal.
En resumen, la situación actual es negativa, pero aún no es astronómicamente negativa, y los humanos podrían:
- empujar esta cifra negativa hacia cero.
- obtener un valor astronómico positivo.
- obtener un valor astronómico negativo.
Los humanos parecen ser absolutamente relevantes para la felicidad futura y el momento actual parece particularmente importante.
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