Medida de la efectividad de las iniciativas orientadas al alivio y la prevención del sufrimiento intenso

English version

“El problema es que la historia de la vida siempre la cuentan los vivos y los supervivientes… Ellos son los que escriben el guion, y afirman que todo vale la pena… Pero, ¿qué pasa con las voces silenciadas, los rostros olvidados o desconocidos, y los que nunca tuvieron ni siquiera voz en todo esto? ¿eh? ¿Qué pasaría con ese bebé, que nació sólo para morir momentos después de nacer por una complicación respiratoria, o ese otro que murió apenas un año y medio después de nacer porque su padre alcohólico la mató a golpes, o ese niño pequeño cuya madre decidió sobre su libertad y se deshizo de él de él fingiendo un ahogamiento saliendo impune, tienen que decir al respecto? Esa chica de veintitantos años que fue secuestrada, violada y cortada en ocho trozos como un pollo, cuyo asesino nunca fue capturado? ¿Ese adolescente medieval que contrajo disentería, tifus o lepra y murió de forma horriblemente asquerosa sangrienta, sucia y totalmente dolorosa? Todas esas vacas, cerdos y ciervos inconscientes cuyo punto álgido en la vida es terminar en una exhibición en un supermercado o en el plato de alguien?”
— Reddit, Anónimo.

 

Si queremos hacer el mayor bien, debemos tener en cuenta el sufrimiento intenso

El movimiento conocido como Altruismo Eficaz ha creado un marco intelectual muy interesante para explorar cómo hacer el mayor bien en el mundo, basado en emplear la racionalidad y la evidencia. O, dicho de otra forma, emplear criterios científicos o, si se prefiere, empresariales en los proyectos altruistas (esta es una buena introducción). A simple vista, esto puede parecer trivial o insultante. ¿Acaso antes del Altruismo Eficaz las organizaciones se comportaban de forma irracional y negando la evidencia? ¿Acaso no pretendían ser eficaces? Lo cierto es que el altruismo se ha basado frecuentemente en la deontología y en la ética del carácter (y dentro de ella, por ejemplo, la ética de la virtud) y no en el consecuencialismo (aquí más información). Algunos argumentan que el Altruismo Eficaz no es necesariamente consecuencialista (algunas referencias interesantes son esta y esta). Pero el Altruismo Eficaz se basa en resultados. Si lo que quieren decir es que muchos altruistas eficaces no con consecuencialistas, sino deontólogos o virtuosos, tal vez lo sean porque esta sea, para ellos, la mejor forma de ser eficaces y lograr las mejores consecuencias.

En el mundo hay muchos problemas. Si queremos trabajar personalmente para contribuir a resolverlos, hay varias claves a tener en cuenta. Idealmente, en una encrucijada profesional, debo tratar de trabajar en algo que 1) me gusta 2) en lo que soy bueno 3) está demandado (me pagan por ello) y 4) Contribuye a un mundo mejor (ver las guías de 80.000 horas). Pero ¿qué ocurre cuando quiero que algo se resuelva, pero no estoy pensando en trabajar en ello por mi cuenta, sino que me planteo hacer una donación económica para que otros lo hagan? Los criterios para determinar cuáles son las organizaciones o proyectos que con mayor efectividad abordan el problema de hacer el mayor bien en el mundo tienen ciertas similitudes con los anteriores. Para valorar el destino más efectivo de mi donación deberé tener en cuenta las necesidades o problemas que existen, las capacidades y carencias de las organizaciones que tratan de resolverlos, la probabilidad de éxito y la diferencia que suponga mi donación en este esquema de cosas. Es decir, en el análisis se habrá de tener en cuenta factores como 1) La importancia o gravedad de esa causa o problema en concreto que queremos solucionar, prevenir o paliar 2) el impacto esperado en caso de éxito del proyecto o iniciativa (el cual podría incluirse de forma conjunta en el punto anterior, aunque me parece más claro separarlos) 3) la probabilidad de éxito o facilidad para obtener resultados positivos 4) la “desatención”, aproximadamente equivalente a las necesidades de financiación de esa organización o proyecto y 5) La capacidad del proyecto para absorber nuestra donación de forma efectiva. Este último punto no será relevante si las donaciones que pretendo hacer son pequeñas. Pero si nuestra capacidad de donación es grande, y dado que para todo proyecto y organización y para cada momento de cada proyecto y organización deberá existir un tamaño organizativo y una financiación óptima (o varios, pero definitivamente, no todos los tamaños ni todas las financiaciones son óptimas), nuestra donación podría ser excesiva y sería mejor empleada de forma combinada en varias iniciativas. Para más información, se puede consultar esta página.

Tal como se ha dicho, Altruismo Eficaz se basa en resultados. No basta con donar a la organización que más lo necesita o a aquellos que trabajan para paliar las situaciones más trágicas. Existe la triste posibilidad de que la efectividad de las acciones contra determinado problema sea baja o incluso nula, si el problema es muy complejo y difícil de solucionar (también, por cierto, el impacto puede ser negativo). Para tomar decisiones basadas en resultados, necesitamos datos. Números. Cuantificar es habitualmente una buena idea, aunque nos vamos a encontrar con serios problemas al hacer mediciones. En particular, tenemos un gran problema para obtener números fiables cuando nos introducimos en el horrible mundo del sufrimiento intenso.

Las experiencias subjetivas como el dolor y el sufrimiento son muy difíciles de medir. Una solución es emplear encuestas en las que los protagonistas del sufrimiento lo describen ajustándolo en una escala; o de forma comparativa, tomando dos situaciones y especificando cual es peor. El problema es que hay sufrimiento que es muy difícil o imposible de encuestar. Este es el caso del sufrimiento en animales no humanos, en humanos muy jóvenes, humanos en situaciones de opresión, humanos con algún deterioro cognitivo y humanos que no sobreviven a la experiencia del sufrimiento, o por cualquier otra razón no pueden comunicarlo. Por ejemplo, sufrimiento en fetos, recién nacidos y niños pequeños, sufrimiento en niñas y mujeres en culturas donde son casi propiedades, sufrimiento en niños pequeños en algunos entornos familiares complicados, violación en niños pequeños (no es fácil de encuestar), personas torturadas y luego asesinadas, individuos con deterioro cognitivo o demencia (no fácil de encuestar), individuos que mueren sin cuidados paliativos, que mueren ahogados, mueren de hambre, abrasados, por hipotermia, etc.

 

¿Cómo cuantificar la efectividad de las iniciativas orientadas al alivio y la prevención del sufrimiento intenso de forma que sea posible comparar y determinar cuáles son las acciones altruistas más efectivas?

Lo primero que necesitamos para incluir el sufrimiento intenso en los cálculos de efectividad de los proyectos altruistas es tener la intención y la capacidad de hacerlo. Hay cosas que resultan aversivas, que son rechazadas instintivamente por la percepción, como son los excrementos o la podredumbre. Algo parecido puede ocurrir con el sufrimiento intenso. La empatía puede ser dolorosa, y ser conscientes y ahondar en la existencia del sufrimiento intenso puede ser muy desagradable, muy doloroso, deprimente, por lo que es posible que nuestra mente reaccione ignorándolo, rechazándolo, despreciando impulsivamente su importancia, como mecanismo de defensa, de la misma forma que hablar de la muerte es un tabú en muchas circunstancias y nos comportamos como si la muerte no existiera. No ayudará si nos encontramos en un entorno social donde se respetan estos tabúes. Por otra parte, quizás el motivo de rechazar incluir el sufrimiento intenso en los cálculos de efectividad de los proyectos altruistas no esté determinado por los sesgos y tabús de los investigadores, sino de los donantes. Es decir, si el donante principal de mi proyecto altruista no quiere ni oír hablar acerca del sufrimiento intenso, muy difícilmente podremos tenerlo en cuenta en nuestro proyecto.

En segundo lugar, una vez que queremos incluir el alivio y la prevención del sufrimiento intenso en los cálculos de efectividad de los distintos proyectos altruistas, bajo un criterio de altruismo eficaz no deberíamos simplemente abandonar la idea en cuanto nos demos cuenta de lo difícil que resulta medirlo con precisión. Una vez que sabemos que algo existe y que es significativo para nuestro proyecto (el sufrimiento intenso es relevante por definición, al menos en la dimensión de la intensidad de la experiencia), debemos tenerlo en cuenta de una forma u otra. Tal como se menciona en “The Tyranny of Metrics“, las métricas pueden distorsionarse midiendo lo más fácilmente medible. No queremos cometer ese error. Llegados a este punto tenemos dos opciones: tratar de lograr métricas relacionadas con el sufrimiento intenso o abandonar la idea por su extrema dificultad. En ese segundo caso, lo justo sería reconocerlo claramente cuando hablamos de ello, por ejemplo, diciendo: “según los resultados de nuestro estudio, estos proyectos e iniciativas serían los más efectivos para mejorar el bienestar, teniendo que el estudio se encuentra acotado a la población X, y no se ha considerado a la población Y”, y podríamos añadir alguna explicación metodológica como “Esto es debido a que nuestro estudio se basa en encuestar a los sujetos protagonistas, y en muchos casos esta encuesta no es posible”. 

Finalmente, si insistimos en cuantificar la efectividad del alivio y prevención del sufrimiento intenso para con ellos poder hacer una mejor y más completa comparativa de la efectividad de los proyectos altruistas ¿Cómo hacerlo en los casos en los que no podemos encuestar al sujeto protagonista de dicho sufrimiento intenso? Desde un enfoque de altruismo eficaz, no solo tenemos que ser capaces de asignar valor numérico al disvalor de las experiencias negativas, sino valorar también numéricamente la capacidad de los proyectos para prevenirlas. 

Estas son algunas ideas:

  • Encuestar a expertos y público en general sobre su valoración cuantitativa de las distintas experiencias negativas. Estas preguntas se pueden hacer con escalas numéricas o de forma comparativa, por ejemplo, preguntando: Si tuviera que elegir entre sufrir diez años de depresión leve o la experiencia de quemarse el 50% de su cuerpo con quemaduras de segundo grado ¿que elegiría? Si tuviera que elegir entre ser violada con penetración por un extraño o sufrir la amputación de un dedo ¿que elegiría?
  • Empleo forense de marcadores del estrés (en cadáveres), como betaendorfinas y cortisol
  • Establecer correlaciones entre campañas mediáticas y la prevención de torturas, asesinatos y ejecuciones por motivos políticos.
  • Establecer correlaciones entre factores sociopolíticos (como el nivel de renta, de educación) y crímenes.
  • Establecer correlaciones entre la capacidad de planificación familiar (formación en anticonceptivos, acceso a mecanismos de prevención del embarazo, acceso al aborto) de una generación en cierta área geográfica y la tasa de crímenes de la siguiente.

 

Recomendado

https://docs.google.com/document/d/1OTCQlWE-GkY_V4V-OfJAr7Q-vJyIR8ZATpeMrLkmlAo/mobilebasic#h.b9uipc6qv9up

 

Agradecimientos

 

Posted by Manu Herrán

Founder at Sentience Research. Chief Advisor at The Far Out Initiative,

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *