Maximizando el placer, reduciendo el sufrimiento (sobre dos tipos de orgasmos)

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Se puede decir que hay dos tipos de orgasmos: aquellos en los que podemos recordar perfectamente los niveles de placer, y otros en los que es imposible saberlo, ya que la experiencia se vive sin memoria, cada momento como si fuéramos una persona diferente, como se explica en la hipótesis del individualismo vacío [1].

El placer puede ser mayor en esta segunda categoría de orgasmos, “cuando somos inconscientes” de la experiencia, pero esta puede ser una expresión totalmente errónea. Quizás lo que queríamos decir era que éramos “muy conscientes en ese momento, pero siendo el momento muy difícil de recordar más adelante”. Es decir, tal vez el mayor placer que se puede lograr se puede experimentar y en ese sentido, conocer en primera persona, pero quizás nunca se pueda comunicar, y en ese sentido no podamos entenderlo ni conocerlo bien (conocimiento en el sentido de conocimiento compartible), ya que el mayor placer puede ser (hasta ahora) incompatible con los recuerdos, lo mismo que las experiencias que tenemos en los sueños podrían ser muy elevadas y altamente conscientes, y quizás las olvidamos después al retornar a un estado mental vulgar. Probablemente obtendremos el mayor placer si nos centramos solo en el placer, pero solo en el placer, haciendo que el placer sea lo más consciente posible, pero al mismo tiempo, desconectando el sistema de memoria, desconectando el yo, haciendo el yo lo menos consciente que pueda ser.

Esto sucede con los verdaderos placeres.

Por el contrario, los placeres falsos pueden disminuir o incluso desaparecer al intentar hacerlos más conscientes, como el placer de fumar cuando ya eres un gran fumador, como se explica en mi hipótesis de Paneudaimonia [2].

En resumen, podemos estar completamente equivocados acerca de lo que es agradable y lo que no lo es y cuánto. La naturaleza nos está engañando, una y otra vez, con respecto al placer y el dolor, alterando nuestros recuerdos y conciencia por razones que probablemente tienen un origen evolutivo.

Si todas esas experiencias subjetivas y trampas tuvieran una explicación evolutiva, esta sería otra señal de que los seres sensibles estamos solos y no hay seres de nivel meta, jugando con nosotros como dioses, como si este mundo fuera una simulación como sugiere Nick Bostrom [3]. Por el contrario, los comportamientos y las experiencias subjetivas sin explicación evolutiva darán argumentos para la existencia de algún tipo de meta nivel de realidad y de que alguien que nos manipula, juega con nosotros, seres conscientes pero para ellos nada más que hombres de paja, nosotros los prisioneros, nosotros los bebés coléricos, nosotros los hijos de los condenados [4].

Esperemos que haya un nivel meta porque en ese caso hay una posibilidad de terminar con todo el sufrimiento para todos, para siempre, como se explica en mi hipótesis de Sentencia Platonismo [5].

[1] https://manuherran.com/individualismo-vacio-abierto-y-cerrado/

[2] http://www.manuherran.com/paneudaimonia-haciendo-plausible-la-idea-de-un-universo-feliz-mas-una-tecnica-para-dejar-de-fumar/

[3] https://www.simulation-argument.com/

[4] Títulos de canciones de Iron Maiden.

[5] http://www.manuherran.com/implicaciones-de-un-plausible-platonismo-de-la-sintiencia-en-la-prevencion-del-sufrimiento/

 

Posted by Manu Herrán

Founder at Sentience Research. Chief Advisor at The Far Out Initiative,

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