En encuentro del grupo de Altruismo Eficaz Madrid dedicado al futuro de la sintiencia artificial y sus consideraciones éticas el pasado 29/01/2019 estuvimos proponiendo ideas acerca de cómo solucionar algunos de los problemas difíciles de la sintiencia, tales como el problema de las otras mentes (¿Cómo puedo saber si alguien siente? ¿Las máquinas sienten?) o establecer cuáles son las hipótesis más acertadas en relación a la sintencia (¿La sintiencia emerge o se invoca? ¿La sintiencia es útil o inevitable?)
Se comentaron tres posibles soluciones:
- La primera de ellas es la propuesta por Andrés Gómez Emilson de Qualia Research Institute, con una solución basada en la “Fusión entre mentes” y “Rompecabezas Fenoménicos” (Vídeo).
- La segunda es el proyecto de simulación de hipótesis relacionadas con la sintiencia propuesto por Manu Herran.
- La tercera está restringida a la hipótesis dualista (bajo un paradigma emergentista pero no epifenómico), que considera que las experiencias son útiles y seleccionadas evolutivamente.
A continuación voy a explicar esta tercera solución.
Es muy común presuponer o aceptar como válido un paradigma emergentista de la sintiencia. Este paradigma emergentista asume que la sentencia se crea o emerge a partir de cierta configuración de la materia o de elementos más básicos (información). En este paradigma existen dos posibilidades principales:
- “La sintiencia es inevitable”: Una de ellas es que la sintencia emerge de forma inevitable y esta sintiencia no tiene a su vez ningún efecto en el comportamiento material, simplemente, sucede. Como el ruido de un avión, que no es útil para volar, simplemente es inevitable (metáfora de Yuval Noah Harari). La sintiencia sería un “epifenómeno”, un “efecto secundario”.
- “La sintiencia es útil”: la segunda variante de esta hipótesis emergentista es que de la materia emerge la sintiencia y esta sintiencia sí tiene un efecto en las experiencias, es decir, sí tiene un efecto en el mundo material. Está segunda hipótesis asume que la materia, en ciertos casos, no se comporta según las leyes de la física. Si está segunda versión de la hipótesis emergentista fuera cierta, deberíamos ser capaces de detectar estos comportamientos no esperados de la materia, producidos en función de los estados subjetivos.
Es decir, suponiendo como cierta la emergencia de la sintiencia y el efecto que a su vez la sintencia tiene en la materia, podríamos diseñar un experimento para detectar estos comportamientos inesperados de la materia, que son resultado del efecto que producen las experiencias subjetivas.
¿Cómo sería este experimento? Aunque en la realidad hay probablemente mucho más mucho más sufrimiento que disfrute, y parece que es mas sencillo generar dolor que generar placer, para diseñar un experimento que fuera ético lo haríamos provocando situaciones y experiencias placenteras y no con experiencias negativas. El experimento requiere de un sistema en el cual pudiera emerger la sintiencia y particularmente experiencias positivas. En ese caso, si realmente se produjeran experiencias (positivas), y bajo las premisas indicadas anteriormente, deberíamos ser capaces de detectar en la materia comportamientos no esperados según las leyes de la física. Si un sistema físico tuviera estos comportamientos no esperados, entonces deduciríamos que es sintiente.
Podemos pensar en al menos tres formas de hacerlo:
- En un cuerpo. En un cuerpo biológico vivo de origen evolutivo natural, como cualquiera de nosotros. Si algo nos produce placer y esto nos hace realizar una acción, una observación suficientemente detallada de nuestro sistema nervioso debería mostrar que ciertos átomos o moléculas reaccionan en función de un evento metafísico (la experiencia) y no por causas físicas.
- En un tejido. Si aceptamos la idea de que los sustratos biológicos neuronales naturales son suficientes para generar sintiencia, deberíamos poder observar dicho fenómeno también en un tejido neuronal.
- En un ordenador. Si además aceptamos un antisubstratismo ontológico, es decir, si consideramos que el sustrato material es indiferente en relación a la sintiencía, podríamos incluso aceptar el sustrato lógico como suficiente para la generación de experiencias. En ese caso, el experimento lo podríamos realizar en un ordenador, mediante una simulación de vida. En esta simulación, si los individuos sintieran, y esto les hiciera comportarse de diferente forma, deberíamos se capaces de observar que los agentes se comportan de forma distinta a la que han sido programados, es decir, rompiendo las reglas con las que han sido programados.
En las tres formas existe un importante problema posible: pudiera ser que de hecho la materia o los sistemas informáticos, suponiendo que sean potencialmente sintientes, ya se estén comportando de forma diferente a las “leyes de la física” y que lo que llamamos “leyes de la física” sean en realidad de hecho las “leyes de la física y la metafísica”. Es decir, podría ocurrir que sistemáticamente estemos observando el efecto que tienen la experiencias en el mundo de la materia, pero que erróneamente estemos atribuyendo este efecto a un fenómeno físico (o categorizado como inexplicable, pero asumido como físico). Una forma en la que este problema puede presentarse, llevando el problema a cierta situación extrema, es el panpsiquismo. Es decir, si el panpsiquismo fuera cierto, este método no sería útil.
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