Libertad

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“La libertad es la capacidad para pensar y obrar según la propia voluntad. Los actos presuponen la libertad para poder ser moralmente imputables” (Wikipedia)

 

La libertad está subordinada al interés. No es más libre quien más opciones tiene sino quien puede elegir lo que más le conviene.

En un escenario ideal de información perfecta, la libertad sería innecesaria pues sólo habría una mejor decisión posible. Esto aplica tanto en perspectivas egoístas como altruistas o mixtas. Por eso llevamos a los niños a vacunar en contra de su voluntad. Por eso tiramos con fuerza de alguien que está a punto de ser atropellado al tratar de cruzar la carretera despistado con el móvil, y lo hacemos en contra de su voluntad.

A pesar de ser algo intuitivo, el libre albedrío seguramente no existe. Por supuesto, esto depende de cuál sea la definición que estamos empleando de libre albedrío. En este texto, cuando hablo de libertad, estoy persiguiendo la idea intuitiva de que, ante varias posibilidades, “yo” tomo decisiones, y que estas decisiones no están determinadas por mi constitución física (genes y neuronas). Este enfoque de definición de libertad es distinto, por ejemplo, del de Brian Tomasik.

Cuando uno trata de definir el libre albedrío de esta forma, se da cuenta de que es una idea absurda, o al menos incompatible con nuestro conocimiento. El libre albedrío implica que hay una entidad no material que tiene influencia en el mundo material. Es decir, la idea de libre albedrío implica dar por cierta la hipótesis de que la materia no sigue las leyes de la física.

Realmente no sabemos si el libre albedrío existe. Puede existir o no, pero la hipótesis de que la materia genera la experiencia (ilusoria) de identidad y la experiencia (ilusoria) de libre albedrío, sin mayor consecuencia, es racionalmente muy plausible, a pesar de ser muy poco intuitiva y deberíamos darle una mayor consideración. Por otra parte, la ilusión de libre albedrío sin lugar a dudas existe y es muy relevante moralmente.

Se escucha decir que la subjetividad / consciencia implica la existencia de un yo, de una identidad, y que los seres humanos tenemos una libertad, una voluntad, un libre albedrío. Hay una confusión habitual en este sentido: Libre no es lo mismo que impredecible.

  • Ser impredecible no implica ser libre: si tuviéramos un sistema físico aleatorio, diríamos que es impredecible pero no diríamos que por ello es libre.
  • Ser libre no implica ser impredecible: Puedo libremente decidir tomar siempre la misma decisión, y los demás podrán predecir correctamente mi futura acción.

A nivel “macro” podemos considerar que “todo tiene una causa” (genes, entorno), pero en este asunto realmente no importa si nuestro comportamiento está determinado o no, si es predecible o no, si es aleatorio o no. La libertad consiste en tener la sensación de ser libre. Se trata de tener la experiencia de que es uno mismo quien toma las decisiones. Lo que llamamos libertad es realmente identidad: “Soy libre cuando lo decido yo“.

Habitualmente asociamos la palabra libertad a un espacio físico inmenso, sin límites ni obstáculos, y la falta de libertad a una cárcel. Pero a ninguno de nosotros nos gustaría que nos sacaran de la cárcel para dejarnos abandonados en la sabana africana a merced de los depredadores, o en la superficie de la luna sin oxígeno. La libertad está subordinada al concepto de interés. No es más libre aquel a quien se le ofrecen más alternativas, sino aquel que puede elegir aquello que más desea. Ser libre consiste ante todo en poder satisfacer los propios deseos e intereses.

El deseo de libertad es uno de los deseos más fuertes que existen, y ese es el motivo por el que debemos respetarlo: en general los individuos quieren ser libres, quieren tener la sensación de que toman sus propias decisiones, y en general quedarían frustrados si no se les permite hacerlo.

Hay quien se pregunta: “Si estamos determinados por genes + ambiente ¿qué hacemos con todos los penados? ¿Abrimos todas las cárceles?”. La respuesta es sencilla: ¿cuál era la finalidad de esa pena de cárcel? Según las distintas teorías la finalidad puede ser la sanción (compensación, reacción), la prevención, enmienda, readaptación, etc. Bien, pues dicha finalidad de la pena no se ve afectada por el hecho de no existir la libertad en el sentido habitual de la palabra, y se puede aplicar igualmente a humanos y a robots.

Por eso el castigo puede tener un valor instrumental, preventivo. Pero no intrínseco. La justicia poética no tiene valor intrínseco.

 

 

Contra-argumentos

 

Ver también

Posted by Manu Herrán

Founder at Sentience Research. Associate at the Organisation for the Prevention of Intense Suffering (OPIS).

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