¿Hacia dónde se dirigen las organizaciones sociales?

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Es sorprendente la capacidad de supervivencia de tantas organizaciones que llevan los últimos 50 años sin alterar apenas sus líneas maestras de actuación a pesar de todos los cambios que se han producido en su entorno. Pero la situación no es tan diferente de la del mundo empresarial.

Algunas se aferran a los viejos éxitos y decaen; otras (o las mismas) evolucionan: se reinventan suavemente o renacen de sus cenizas de la noche a la mañana; muchas sobreviven, por el momento, haciendo lo mismo; y otras simplemente nacen de la nada y triunfan con una apuesta totalmente innovadora.

La mayoría oculta, por supuesto, fracasa (muere), como ocurre en cualquier entorno evolutivo, de recursos escasos, aunque no lo parezca, por el sesgo del superviviente [1]. Por eso parece que la bolsa es una apuesta segura, que siempre acaba subiendo. Lo que ocurre es que los índices son una ventana a una minoría elitista, y no reflejan una visión realista del mercado completo. Muchas de las compañías que formaron parte de los índices se hundieron y desaparecieron [2].

En cuanto a las nuevas tendencias en el mundo social, es significativo el despegue del movimiento de “Altruismo Eficaz” [3], que sin ser algo del todo nuevo, ha sido capaz de capturar y dar forma a un abordaje del altruismo que pone en el centro al individuo que precisa ser ayudado, y por tanto basado en las consecuencias (consecuencialismo [4]) frente a la hasta ahora imperante ética de la virtud o neoaristotelismo [5].

Hasta hace poco tiempo, la moral basada en las normas y el carácter parecía la única posible. Anteriormente bebía de fundamentos metafísicos, en los que lo divino era el centro (y lograr el paraíso o Valhalla —así como evitar el inferno o Helheim— era el objetivo), junto con la ética del honor, la virtud, la valentía y la caballerosidad propia de hospitalarios y templarios.

En nuestros días, en cambio, el motor de la virtud no está ya en lo divino, sino en los seres humanos, ahora divinizados (y exclusivamente en los seres humanos; a los animales ya no se les atribuyen caracteres morales). Y en concreto, con el foco en el culpable, el causante del mal, el enemigo (incluso cuando el enemigo es uno mismo), en posiciones dogmáticas (deontologismo [6]), y en movimientos como el anti-racismo, el veganismo (anti-especismo), ecologismo y feminismo (y otros igualitarismos [7]).

En mi opinión, este foco en el culpable no es por lo general algo buscado por los promotores de estos movimientos, quienes honestamente se enfocan principalmente en la víctima (es decir, en prevenir y en solucionar problemas, y no en vengarse de los culpables [8]), pero simplemente es algo que surge espontáneamente y funciona muy bien, ofreciendo una justificación para liberar nuestros instintos agresivos, violentos y hasta asesinos.

Para lograr la acción moral, parece más efectivo castigar y asustar que premiar y agradecer. En concreto, y tristemente, la amenaza del ostracismo funciona excelentemente. Mientras no modifiquemos nuestra propia genética y neurociencia [9] (o directamente, el Universo y la termodinámica [10]), la asimetría entre lo bueno y lo malo [11] (ya que es mucho más fácil causar daño que causar bien) hace que sea mucho más fácil motivar con dolor que con placer (para evitar un mal mayor, un negocio que, por cierto, no dudamos en hacer con nosotros mismos).

Antes era Dios quien te iba a juzgar por ser insolidario y enviarte al infierno. Ahora es el resto de la sociedad quien prepara tu linchamiento en las redes sociales mediante la “cancel culture“. ¿Las organizaciones sociales están sabiendo reconocer y adaptarse a estas tendencias para lograr su fin social? ¿O bastante tienen con sobrevivir? ¿O ya se olvidaron de por qué nacieron? ¿Y dónde creen que es justo y bueno posicionarse?

Algunas valientes organizaciones superan la ética de la virtud, ya sea de origen divino (dios-cielo-infierno) o el postureo-linchamiento social (“virtue signaling“) y proponen y actúan según una ética consecuencialista, realmente focalizada en las víctimas. Entre ellas destaco la propuesta xNU+ de OPIS [12], que podríamos resumir y tal vez trivializar —pero sin perder mucho de su esencia—, en algo tan sencillo como: ayudar a quien más lo necesita, y hacer de esto nuestra misión vital, nuestra razón de existir, cuantificando y optimizando los resultados tanto como sea posible; pero sin amargarnos por ello, tratando al mismo tiempo de ser felices, y sin dar mucha importancia a las paradojas que puedan surgir en el camino.

Suena terrible que nos motive más lo negativo que por lo positivo. ¿No se puede invertir esto? El proyecto “The Hedonistic Imperative” [9] propone rebelarnos contra la ruleta rusa de la genética y conducir la motivación por gradientes de bienestar (“hedonic treadmill“). La zanahoria, en vez del palo. Hum. Suena bien, pero suena peligroso. Con lo bien que estamos con el palo. ¿O deberíamos llamarlo Síndrome de Estocolmo? Ya, pero suena peligroso.

¿Peligroso para quién? Los adaptados son conservadores. Los vulnerables, en cambio, necesitan innovar para sobrevivir. La evolución es el camino marcado por los inadaptados [13].

 

[1] https://es.wikipedia.org/wiki/Sesgo_del_superviviente

[2] http://losmercadosfinancieros.es/la-falacia-de-que-a-largo-plazo-la-bolsa-siempre-sube.html

[3] https://es.wikipedia.org/wiki/Altruismo_eficaz

[4] https://es.wikipedia.org/wiki/Consecuencialismo

[5] https://es.wikipedia.org/wiki/%C3%89tica_de_las_virtudes

[6] https://es.wikipedia.org/wiki/Deontolog%C3%ADa_(%C3%A9tica)

[7] https://es.wikipedia.org/wiki/Igualitarismo

[8] https://manuherran.com/sobre-la-violencia-y-el-castigo/

[9] https://www.hedweb.com/

[10] https://es.wikipedia.org/wiki/Termodin%C3%A1mica#Segundo_principio_de_la_termodin%C3%A1mica

[11] https://manuherran.com/asimetrias-y-compensaciones-entre-placer-y-dolor/

[12] http://www.preventsuffering.org/

[13] https://manuherran.com/ciencia-y-creencia-el-factor-cooperacion-en-la-evolucion/

Posted by Manu Herrán

Founder at Sentience Research. Associate at the Organisation for the Prevention of Intense Suffering (OPIS).

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