Cosas que repelen la atención

Un PRODO es algo que no podemos ver, que no distinguimos, o que nuestra mente no nos deja observar, porque creemos que es el problema de otro. Eso es lo que significa PRODO. Problema de Otro. El cerebro se limita a perfilarlo, es como un punto ciego. Si se mira directamente no se ve, a menos que se sepa qué es exactamente. La única esperanza consiste en percibirlo por sorpresa por el rabillo del ojo. —Douglas Adams

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Podemos creer que lo contrario de atraer la atención es pasar desapercibido, pero eso no es cierto.

El sexo y la violencia atraen la atención. Las cosas de color rojo atraen la atención. Lo hermoso, lo peligroso y lo diferente atraen la atención. Podemos creer que lo contrario de atraer la atención es pasar desapercibido. Así ocurre con lo vulgar, lo gris, lo monótono, lo rutinario, lo habitual, lo normal.

Pero no es cierto. Aquí no termina el asunto. Hay cosas que van más allá de pasar desapercibidas: repelen la atención. Son mucho menos conocidas. Son casi invisibles. Desconocidas. ¿Por qué? Entre otras cosas, precisamente porque repelen la atención.

La diferencia entre las cosas que pasan desapercibidas y las cosas que repelen la atención es la siguiente. Al menos las cosas que pasan desapercibidas podemos reconocerlas si nos esforzamos en mirarlas. Pero en el caso de las cosas que repelen la atención, una y otra vez nuestra mente nos hará creer que esas cosas no existen o no son para tanto, inventando todo tipo de excusas y explicaciones.

Dejo aquí una lista de algunas de estas cosas:

  1. Nuestra propia muerte futura.
  2. Nuestro propio egoísmo, y como consecuencia, nuestros actos egoístas. Por ejemplo, muchas personas que realizan razonamientos morales asumen como cierta la hipótesis previa de que su propio comportamiento es ético. Esta es una limitación extraordinaria para poder llegar a conclusiones como por ejemplo que cada uno de los seres humanos es causa del sufrimiento y muerte de miles o millones de seres sentientes.
  3. El egoísmo en general, y los límites a los que puede llegar en circunstancias extremas; pero también el altruismo, y los límites a los que puede llegar en circunstancias extremas, y cómo ambos comportamientos se pueden producir en la misma persona dependiendo del contexto, siendo el conjunto de circunstancias un factor determinante para este comportamiento. El conocimiento de las emociones humanas, ilustrado a la perfección por la literatura, particularmente en óperas, comedias y culebrones, explica con claridad cómo y por qué la misma persona, bajo determinadas circunstancias, nos mataría, mientras que bajo otras determinadas circunstancias, daría su vida por nosotros.
  4. Nuestra propia estupidez, y como consecuencia, nuestros propios errores.
  5. El terrible riesgo de sufrir un terrible dolor.
  6. Los intereses de otros a quienes dominamos y de los cuales nos aprovechamos (por ejemplo, los intereses de los animales no humanos a quienes explotamos para beneficiarnos de ellos) sin que apenas puedan hacer nada para defenderse. A esto le llamo “La lógica del vencedor”.
  7. El sufrimiento de los animales en la naturaleza (animales salvajes). Es decir, el sufrimiento de aquellos seres con quienes no nos relacionamos, y del cual no podemos ser responsables ya que no hemos tenido ningún efecto sobre ellos. La mayor parte de la gente ignora absolutamente, como si no existiera, este tipo de sufrimiento. Pensemos en leones, osos, jabalíes o ciervos. Muchos seres humanos son capaces de ver y emocionarse con tiernas imágenes de una madre con sus crías, pero si lo que ve es un animal devorando a otros, no es raro no tener ninguna empatía por la víctima.
  8. El sufrimiento en el futuro lejano y en general, el sufrimiento remoto o inaccesible. Es decir, el sufrimiento de aquellos seres con quienes no sólo no nos relacionamos (ni personalmente, ni como especie), sino que además, no tenemos forma de hacerlo actualmente.
  9. Las consecuencias para nosotros mismos, a medio y largo plazo de aquellos comportamientos nuestros que nos producen satisfacción a corto plazo.
  10. Las motivaciones de nuestros propios actos (similar al punto anterior).
  11. Las consecuencias para otros seres queridos, a medio y largo plazo de aquellos comportamientos nuestros que nos producen satisfacción a corto plazo. Por ejemplo: querer tener muchos hijos (o simplemente, hijos) sin pensar demasiado en las consecuencias de existir, para dichos hijos.
  12. La medida consciente de la satisfacción. Curiosamente, si se hace, la satisfacción disminuye. Por ejemplo si en una fiesta te obligan a responder a la pregunta ¿Cómo te lo estás pasando? y en vez de responder cualquier cosa, realizas un proceso de valoración del grado de satisfacción que estás experimentando en dicha fiesta, de pronto la satisfacción disminuye.
  13. Las cosas sin forma (sin regularidades, sin estabilidad inercia o recurrencia), que no llegan a ser nombradas como tales “cosas”, pues no podemos identificarlas.
  14. La posible validez de los argumentos de las críticas a los fundamentos de nuestra propia posición intelectual, política, filosófica o moral. Por ejemplo, si tenemos forjada una posición en torno a asuntos como el aborto, ciencia vs religión, veganismo vs explotación animal, capitalismo vs socialismo, liberalismo vs intervencionismo, etc. tenemos la tendencia a no considerar la posible validez de los argumentos del contrario, sino únicamente los posibles errores e incoherencias en la expresión de dichos argumentos, para poder atacarlos.
  15. En concreto, la posible validez de posturas morales o soluciones a dilemas morales que, o bien no corresponden con nuestro comportamiento actual, o bien sabemos o tenemos la fuerte intuición de que nunca seremos capaces de seguir. Ejemplo del primer caso puede ser el veganismo para quien come animales. Ejemplo del segundo caso puede ser el veganismo para quien cree que jamás podrá dejar de comer animales, o el dilema del tranvía para quien cree que jamás podrá realizar una acción que cause un perjuicio severo a alguien, aún cuando la omisión fuera aún peor. Precisamente por existir esta tendencia a desviar la atención en los casos mencionados, los argumentos y las hipótesis científicas deberían ir acompañadas de una descripción del contexto subjetivo del autor y hasta donde sea posible, incluir la subjetividad en la ciencia. El nuevo método científico debería tener en cuenta todas estas cosas.
  16. El reconocimiento de las obsesiones terapéuticas como tales.
Posted by Manu Herrán

Founder at Sentience Research. Associate at the Organisation for the Prevention of Intense Suffering (OPIS).

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